lunes, 3 de junio de 2019

RENTABILIDAD DE LAS ENERGÍAS RENOVABLES Y EL AUTOCONSUMO COMO UNA OPORTUNIDAD


La UE está en alcanzar su objetivo de energía renovable para 2020. En 2017, la cuota de las energías renovables en la combinación energética de la UE alcanzó el 17,52%. Las inversiones en energías renovables están cada vez más impulsadas por el mercado y, lo mejor de todo, la cuota de las subvenciones públicas está disminuyendo.

Esto es posible por la significativa reducción de costes en las tecnologías de energía renovable, la disminución de las subvenciones a través de sistemas de apoyo más competitivos y ejemplificado por los numerosos resultados de las subastas de bajo o nulo coste en varios países europeos.



Todo ello abre la puerta al autoconsumo que tiene grandes beneficios en forma de una menor dependencia energética de los recursos fósiles pero, para ver los incentivos hacia este modelo, hay que hacer especial hincapié sobre la rentabilidad.


El autoconsumo: el cambio de modelo hacia la descentralización

En primer lugar, hay que definir qué entendemos por autoconsumo, y no es nada más que el consumo por parte de uno o varios consumidores de energía eléctrica proveniente de instalaciones de generación próximas a las de consumo y asociadas a las mismas.

Dentro del autoconsumo tenemos dos modalidades: el autoconsumo sin excedentes, que en ningún momento puede realizar vertidos de energía a la red y autoconsumo con excedentes, en el que sí se pueden realizar vertidos a las redes de distribución y transporte.

Desde la perspectiva de los consumidores finales, el autoconsumo puede ser una alternativa económica más ventajosa que el suministro tradicional exclusivo desde la red. Además, la norma fomenta el autoconsumo de proximidad y, en definitiva, un papel más activo de los consumidores finales en su abastecimiento energético, que constituye una demanda de la sociedad actual.

Con la reducción de costes, se abre la puerta al autoconsumo, un choque de modelo frente a las estructuras del mercado de la electricidad se diseñaron para un modelo eléctrico centralizado, en el que la electricidad procedente de fuentes convencionales (como los combustibles fósiles y la energía nuclear) se transportaba primero a través de la redes de trasporte y luego a través de la redes de distribución, antes de llegar al consumidor.



A medida que entran en el mercado más energías renovables descentralizadas y otras nuevas tecnologías, como la respuesta a la demanda, el modelo eléctrico se ha ido descentralizando, con una generación descentralizada que alimenta la red de distribución. Esto ha planteado interrogantes acerca de cómo están estructuradas las fuentes del mercado eléctrico y cómo deben ser rediseñadas para esta realidad cambiante.

Rentabilidad para el autoconsumo

Pero la pregunta que nos surge es si realmente la opción del autoconsumo es una opción de inversión rentable para que el consumidor sea al mismo tiempo el productor.

En primer lugar, señalar que anteriormente lo tenían difícil para los clientes con instalaciones con instalaciones inferiores a 100 kW por el hecho de recibir remuneración por excedentes de electricidad. Debían registrarse como empresas productoras de electricidad y cumplir con los mismos requisitos que cualquier proveedor de electricidad.


Con el Real Decreto 244/2019 del Gobierno del PSOE, las instalaciones de autoconsumo fotovoltaica de potencia menor a 100kW, es decir, hogares y pymes, recibirían una compensación en la factura eléctrica por parte de la comercializadora que puede llegar hasta el 100% de la energía consumida por el usuario en ese mes. Esto se traduce en una descentralización de la generación eléctrica con capacidad de rentabilizar los excedentes.


Por lo tanto, para hablar de rentabilidad y los plazos de amortización debemos de tener en cuenta el ahorro energético en la factura eléctrica por la propia instalación fotovoltaica y la compensación en nuestra factura por verter a la red nuestros excedentes.

Green Peace evalúa que en un escenario base en el que los excedentes se remuneren con 0,04 euros/kWh y en el que los hogares instalan 2 kW de energía solar fotovoltaica y las pymes 15 kW, reflejando unos períodos de amortización de la inversión se sitúan entre 7,5 y 12 años, en otras palabras rentabilidades entre el 8,33% y el 13,33%. Sin duda, estamos hablando de rentabilidades atractivas en un escenario en el que actualmente nos encontramos con los tipos en mínimos históricos.

Con la anterior legislación, en el que hogares y pymes renunciaban a la remuneración, los hogares no pagan un cargo transitorio, el llamado peaje, por la electricidad consumida por ellos mismos, y las pymes sí pagan un cargo transitorio por la electricidad consumida por ellos.

En estas circunstancias, el período de recuperación de la inversión será sustancialmente menos atractivo: entre 10 y 25 años. Por lo que la nueva normativa, es un incentivo claramente ofrece un marco más atractivo para el autoconsumo y su inversión.
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